El Matadero

* Fue escrito entre 1838 y 1840, pero publicado por Juan María Gutiérrez en 1871, en la “Revista del Río de La Plata”.
* Género literario: Para determinarlo hay que tener en cuenta el concepto de “Literatura” (Siglo XIX: conjunto de escritos apreciados por la sociedad. Actualidad: vinculada a la “ficción”, es decir, lo que se escribe sobre lo que “no existe”. Espacio en el que se privilegia la imaginación.) Entonces puede ser:
“Cuadro de costumbres”, al describir lo que sucede en el Matadero de la Convalecencia durante la faena de reses luego de la Cuaresma.
“Texto de denuncia”, al ver la intención de denuncia de un régimen que enfrentaba a dos facciones y que ignoraba la capacidad de reflexión.
“Cuento”, según el ritmo narrativo.
* Narrador: “El Matadero” está formado por dos partes, la primera descriptiva y más distanciada de los hechos observados, la segunda más cercana a la acción y propiamente narrativa. Es un único narrador con dos actitudes enunciativas, el “narrador irónico” y el “narrador denunciante”.
El primero mira con sarcasmo y resignación una suma de hábitos sociales propios del medio que le son desagradables. Con afán de ser verosímil se refiere a las actividades corrientes del Matadero, su ubicación, el estado en que queda los días de lluvia y la importancia de la carne como alimento, se detiene en el decimosexto día, cuando llega el ganado. Relata el trabajo de los carniceros y la actitud de la población. Hay un objetivo permanente: “El Restaurador”.
El segundo mira del lado del ciudadano y cuenta la situación cotidiana usando la ironía, critica o polemiza. Es muy explícito en su crítica, pone énfasis en lo más desagradable, convierte al lugar en un símbolo de lo que vivía la sociedad de Buenos Aires en esos años, remarca el modo en que se operaba políticamente usando la brutal fuerza física y desconociendo la razón, provocando así dramatismo.
De esta manera, logra su propósito: a partir de la exhibición de lo patético y desagradable, el lector podrá discriminar la maldad y apreciar el bien y lo sublimes que son los ideales. Concreta su afán de testimoniar los abusos de un régimen y el cinismo que corroía a los funcionarios que sostenía ese sistema.
Para interpretar El matadero se debe tener una visión de la situación histórico-socio-política que se produce en Buenos Aires.



El Matadero, La Malasangre y Maestras Argentinas: Clara Descurra Editorial Cántaro, Colecciones del Mirador 136
(Texto)

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